Centro Pedagógico de Durango A.C.
“SURGIMIENTO
DE ESCUELAS NORMALES RURALES”
Educación
y Sociedad II
M.
en P. Jesús Flores Sánchez Flores
Lic.
Fabiola Isabel González Alanís.
Victoria
de Durango, Durango., Octubre 23 de 2015.
SURGIMIENTO DE ESCUELAS
NORMALES RURALES
En relacion a este tema se cuenta con grandes referentes
históricos los cuales nos permiten realizar el siguiente resumen Las escuelas
normales rurales fueron creadas después de la Revolución de 1910 como parte del
ambicioso proyecto cultural que buscaba transformar la vida de las comunidades
rurales a través de la escuela. Su objetivo inicial fue formar maestros capaces
de civilizar a los campesinos en las escuelas rurales que se abrirían en todo
el país. A principios de los años treinta fueron convertidas en escuelas
regionales campesinas con objetivos más ambiciosos: realizar una transformación
del campo, integrando actividades culturales, deportivas, educativas,
económicas y de organización política en el marco de la reforma agraria y de la
conformación del Estado posrevolucionario. Jóvenes entre 12 y 17 años se
formaron con un plan de estudios de cuatro años posteriores a tres o cuatro
años de educación primaria, que enlazó la formación de maestros rurales con la
de técnicos agrícolas para formar líderes, personas autónomas, responsables y
con autonomía, conocedores de técnicas de agricultura y ganadería, oficios
rurales y cultura cívica, de los artículos constitucionales que amparaban a los
campesinos y obreros; jóvenes que fueran observadores de las necesidades del
medio rural y manejaran técnicas para convertirse en gestores para solicitar el
reparto agrario, formar cooperativas de producción, abrir escuelas, procurar la
higiene y el deporte, organizar fiestas patrias y otras actividades como la
alfabetización. Los directores de las escuelas incluso llegaron a ser los
representantes del Banco Nacional de Crédito Ejidal y fungieron como
responsables de hasta 10 escuelas rurales que funcionaban como anexas.
Dicho lo anterior las escuelas se ubicaron en zonas
rurales, reclutaron a hijos de ejidatarios o de pequeños propietarios rurales
que recibían becas del gobierno federal y al finalizar sus estudios obtenían
plazas como maestros en escuelas rurales. Buena parte del proceso educativo se
daba en los internados, que hasta 1943 fueron mixtos. Estudiantes se rotaban
para atender todas las necesidades de cada escuela, sus anexos agropecuarios y
talleres, la alimentación y la limpieza, otorgando un gran valor al trabajo, la
disciplina, la vocación de servicio y el compromiso con la comunidad. Cuando en
1934 se modificó el artículo tercero de la Constitución para establecer que la
educación que impartiera el Estado sería socialista, se añadieron al plan de
estudios algunas materias sobre materialismo histórico, al igual que en otras
escuelas normales. Un año después se formó la FECSM, organismo estudiantil que
enlazó a las sociedades de alumnos de cada escuela y que jugaría un papel
fundamental en la lucha por mejorar las condiciones de trabajo de las escuelas.
Entre 1920 y 1941 las escuelas representaban la entrada
del gobierno federal revolucionario en la vida del campo. Sus relaciones con las comunidades no fueron sencillas por su
carácter mixto y laico, mientras que su encargo agrarista las colocó como
enemigas de caciques, propietarios y comerciantes.
Para 1939 la SEP había abierto ya 36 escuelas, con
condiciones de trabajo muy variables que se deterioraron notablemente a raíz de
la expropiación petrolera. Los maestros, estudiantes y padres de familia muchas
veces fueron quienes proporcionaron su trabajo y los materiales para construir
los salones, talleres y anexos, con apoyo de las comunidades rurales cercanas. Para 1941 representó un parteaguas en la
historia de estas instituciones. Ese año se estableció un plan de estudios
único para todas las escuelas normales, fueran urbanas o rurales. Las
regionales campesinas fueron desintegradas para crear por separado escuelas
prácticas de agricultura y escuelas normales rurales. Las normales rurales
perdieron sus escuelas anexas, y ya sin sentido, sus talleres, tierras y anexos
agropecuarios quedaron como excedentes: muchos de ellos se convertirían en
ruinas, mientras que otros fueron trabajados por los maestros y estudiantes
para apoyarse económicamente frente a los escasos recursos que les
proporcionaría la SEP en adelante: las escuelas no tenían los laboratorios y
bibliotecas para entonces imprescindibles para cumplir con un plan de estudios
que incorporaba materias equivalentes a la educación secundaria.
Entre 1941 y 1969 las normales rurales vivieron otra
época. Los gobiernos en turno durante este periodo apostaron a la modernización
del país a través del desarrollo industrial y urbano. La reforma agraria fue
detenida y las escuelas normales rurales tuvieron un escaso lugar en este
proyecto, aunque en los años cincuenta tuvieron un nuevo impulso. Algunas
escuelas prácticas de agricultura volvieron a convertirse en normales rurales y
se abrieron otras hasta llegar a ser 29. A finales de los años cincuenta los
estudios de normal se hicieron equivalentes al bachillerato, con lo que las
escuelas abrieron la oportunidad de que estos sectores o ingresaran al servicio
docente o pasaran a los estudios universitarios. La formación de identidades en
los internados se hizo aún más intensa, ya que la convivencia con los
compañeros podía extenderse hasta por siete años: uno del curso complementario
(para concluir la primaria), los tres años de secundaria y tres de normal.
Durante un tiempo esta modalidad provoco que la vida de los internados y la organización
estudiantil se habían mantenido muchos de los objetivos fundacionales de las escuelas
(el vínculo con lo rural, el compromiso social, la idea de formar líderes), así
como sus contradicciones (la necesidad de movilizarse para mejorar las
condiciones casi siempre precarias de las escuelas, el sentimiento de pérdida
de lo que se tenía antes y de ser tratados como estudiantes y futuros maestros
de segunda por su origen rural).
Información disponible sobre las escuelas normales rurales
de los años setenta a nuestros días proviene sobre todo de fuentes
periodísticas y es muy limitada ya que hace visibles los conflictos entre las
normales rurales y las autoridades de los estados, pero no la complejidad de
sus motivos ni lo que sucede en la vida cotidiana de las escuelas y los
internados. Un nuevo reto se
planteó a las escuelas normales con la elevación del ciclo de estudios a nivel
de licenciatura en 1984 y más aún con la descentralización de la educación
básica y normal en 1993. Las normales rurales pasaron a la administración
estatal con lo que se restringió el reclutamiento de estudiantes y el
otorgamiento de plazas a regiones determinadas. La FECSM se opuso a esta
política que debilitaba la posibilidad de que las rurales en su conjunto
negociaran con el gobierno federal, algo que había sido de vital importancia
para su sobrevivencia. Si a lo largo de su existencia los trabajos y las
condiciones de cada escuela muestran diferencias importantes según las
circunstancias regionales particulares, a partir de los noventa la diversidad
se haría más grande. Algunas escuelas fueron absorbidas por el crecimiento de
los centros urbanos y comenzaron a ingresar jóvenes de origen urbano de escasos
recursos, mientras en otras la presencia de estudiantes indígenas se
incrementó. Se trataba, entonces, de jóvenes mayores de edad. En 2003 la SEP
registraba 10 escuelas para varones, seis para mujeres y cuatro mixtas (de
otras dos no se contaba con el dato). La planta docente fue cambiando y
en algunas fue disminuyendo el número de maestros de tiempo completo, que
resultan fundamentales en el régimen de internado.
La SEP dio facilidades para la apertura de escuelas
normales privadas, ha seguido una política de limitar la matrícula de las
escuelas normales públicas, bajo el argumento de que hay un excedente de
profesores ante los cambios en la dinámica poblacional. El tope de la matrícula
fue particularmente fuerte en el caso de las escuelas normales rurales, que se
opusieron al programa de Modernización Educativa y las subsecuentes políticas
educativas. Los reclamos de los estudiantes por las malas condiciones de las
escuelas, la insuficiencia de sus becas y los topes a la matrícula se fueron
incrementando y la prensa ha hecho énfasis en el uso de estrategias como el
secuestro de autobuses o bloqueos de carreteras, pero no tanto en la histórica
estrategia de cortar los suministros de las escuelas cuando están en paro.
Muchas veces los movimientos estudiantiles han sido apoyados por la población
circundante a las escuelas con base en sentimientos de justicia social pero
también porque los internados han sido fundamentales para la movilidad social,
incluso para el desarrollo económico local. El caso más sonado de este soporte
fue el de El Mexe, Hidalgo, en el año 2000.
Sin duda que las Normales Rurales se erigieron como Instrumentos del gobierno para lograr los postulados de la Revolución y la reforma agraria, el progreso de las comunidades rurales.
ResponderEliminarLos maestros egresados fueron verdaderos líderes, vínculo de los programas del gobierno con las comunidades, integrando a los sectores excluidos, para que los campesinos ascendieran social mente.
En un inicio fueron Diseñadas para hijos de campesinos.